recomendaciones saludables para que DETENGAS el estrés
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Tan solo con mencionar la palabra estrés, muchos recuerdan algunos momentos en los cuales esa horrible sensación los sujetó con fuerza, los hizo tener desequilibrios emocionales y hasta discutir con sus compañeros de trabajo, de estudio o los familiares. Esa descarga de tensiones de la mente y el cuerpo se debe a momentos difíciles en los cuales las personas liberan una mayor cantidad de adrenalina y cortisol que los impulsa a pelear, gritar o llorar.
Si eres de esas personas que se estresa con facilidad, y constantemente sufre de inestabilidades emocionales, debes tratar de controlar esos impulsos que lo único que ocasionan en tu organismo son problemas tanto a nivel psicológico como físico; si tu nivel de estrés es muy elevado puedes, como consecuencia, aumentar fácilmente de peso, padecer afecciones cardíacas, alopecia, trastornos gastrointestinales y alergias dermatológicas, así como experimentar episodios de depresión y ansiedad.
¿Te estresas por tu trabajo, con tu pareja, porque las cosas te salen mal, porque no son como las esperabas, vas siempre de afán por el trancón, te sales de ti mismo por las multitudes, la incultura, la ansiedad, porque no controlas tu mal humor y porque frecuentemente tienes esa horrible sensación que te cuestiona contigo mismo y con tus allegados?
Esos sobresaltos se han convertido en tu propio enemigo, tal vez, ya son impulsos involuntarios, ¡pero ojo! Aún puedes darle un stop a esa terrible sensación, de lo contrario, podría ocasionarte graves problemas de salud entre ellos: úlcera, migrañas, afecciones gastrointestinales, alergias dermatológicas y hasta dificultad en las relaciones sexuales ligadas a la disfunción eréctil y a la falta de deseo con una libido muy baja.
Revisa sus inicios
El siguiente es un listado de los primeros síntomas del estrés, identifica los aspectos más relevantes y genera un cambio en tus hábitos diarios:
A nivel físico
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Taquicardia (aumento de la frecuencia cardiaca).
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Opresión en el pecho.
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Sudor excesivo en las manos y pies.
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Temblor corporal y tensión muscular.
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Trastornos de la memoria y la concentración.
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Insomnio u otras alteraciones del sueño.
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Falta o exceso de apetito.
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Fatiga y cansancio.
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Problemas gastrointestinales (diarrea, estreñimiento, cólicos, etc).
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Alergias respiratorias o en piel.
A nivel psicológico y emocional
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Nerviosismo, ansiedad, temor y angustia.
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Deseos incontrolables de rabia y llanto.
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Irritabilidad y furia constante.
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Preocupación excesiva que genera intranquilidad.
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Dificultad para tomar decisiones.
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Depresión.
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Cambios drásticos de humor.
Sé sincero… ¡No niegues los síntomas!
El primer paso en el que te equivocas es en negar los síntomas del estrés; si has dicho: “¡Es que ellos son los que me hacen poner de mal genio!” ¡“Mi jefe siempre me estresa!” O “¡Me voy a estresar por su culpa!”, quien debe controlar ese impulso eres tú mismo, no dejes que las demás personas contribuyan a ese momento de exaltación, respira profundo y piensa a futuro. ¡Tus acciones en el presente son la clave de tu futuro! Si logras controlarte y respirar, después de un rato no vas a tener sentimientos de culpa, porque actuaste de la mejor manera.
¿Soy yo el del estrés o son ellos?
Tal vez hayas visto a tus jefes o compañeros en momentos de arduo trabajo, y te has cuestionado sobre su manera de actuar, ¿pero por qué ellos no se estresan tanto como yo? la diferencia radica en que esas personas saben combatir perfectamente esa sensación que tú has convertido en una situación inmanejable.
En nuestra vida es importante sentir algunos sobresaltos, pues nos mantienen despiertos y con la mente ocupada. Robert Maunder, psiquiatra del Hospital Monte Sinaí, en Toronto (Canadá), afirma: “La ausencia de estrés lleva al aburrimiento, es aconsejable tener un poco…” “Y aunque el estrés muy intenso rara vez es benéfico, hay maneras positivas de enfrentarlo”. La clave está en combatir con tranquilidad esos momentos difíciles y de mucha tensión.
¡Este estrés me va a matar!
Alguna vez has dicho: “¡Este estrés me va a matar!”, “¡tengo mucho estrés!” o “¡estoy que exploto del estrés!”, pues este es el momento indicado para darle un giro de 180 grados a tu comportamiento. Debes descargar tensiones, renovar tu energía y empezar a pensar positivamente para convertir ese síntoma en tu mayor fortaleza.
¿Cómo hacerlo? Es un desafío emocionante con el cual vas a luchar contra ese impacto negativo a través de 6 sencillas formas para aumentar su capacidad de serenidad y así poder enfrentar con positivismo esos problemas que tanto te agobian.
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Respira:
Existen varias técnicas de respiración, pero la más conocida es inhalar y exhalar con los brazos totalmente extendidos y los ojos cerrados. Mucho mejor si te diriges a un ambiente donde no haya ruido. También puedes tomarte un tiempo y optar por disciplinas benéficas como el yoga.
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Calmarte es la mejor opción:
Existen muchos momentos en los cuales ejercen presión sobre tus actividades diarias: bien sea desde el uso del transporte público, el habitual tráfico o contratiempos en el trabajo, y como primer impulso tu mente decide reaccionar de la peor manera, sin embargo, debes adelantarte a esos impulsos de rabia a través de un paso de vital importancia: la calma, así es, respira y conserva la calma, piensa en soluciones y convierte lo negativo en positivo.
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Evalúa los hábitos que te causan estrés:
Toma una pluma y un papel, escribe las actividades que te generan estrés, frente a cada una de ellas plantea una posible solución (a las que aún no sepas darles solución ponles un signo de interrogación). Revisa cada mañana si estás cumpliendo con la disminución del estrés y enfrenta con positivismo el día. Nunca te quejes si es lunes o domingo, todos los días son una bendición.
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Sonríe:
De nuestro estado de ánimo dependen en gran parte las buenas relaciones sociales. No olvides ser cordial con las personas que te rodean y sostén siempre una gran sonrisa acompañada de un ¡muy buen día!, ¡mucho gusto!, ¡muchas gracias!, ¡por favor!, ¡que tengas un excelente día!. Estas frases te ayudarán a sentirte bien y, además, contribuirán con la felicidad de los demás. Recuerda que entre más sonrisas, más respeto y menos estrés.
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Tómate un buen descanso:
Es realmente bueno, tomar recesos cortos acompañados por las actividades que más te guste realizar. Si estás ejecutando algún trabajo extenso, descansa por momentos cortos y navega por tus redes sociales, es la oportunidad también para comer algo liviano, tomarse un café o disfrutar una buena merienda, esto hará que tu cerebro se relaje. Más vale una neurona tranquila y un estómago feliz que un colapso nervioso. Dedica el tiempo necesario para desayunar, almorzar, dormir bien y continuamente pon toda tu atención y concentración en lo que debes hacer, sin duda alguna, los resultados serán los mejores.
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Has ejercicio, lee y ve el lado positivo a todo:
No olvides que el ejercicio además de mantenerte saludable, te ayuda a liberar todas esas malas energías que tienes represadas en tu organismo. Otra opción cuando tengas tiempo libre es la lectura, a través de ella puedes hacer volar tu imaginación y tranquilizar tu mente. Y no olvides que tener una buena actitud frente a los problemas es la mejor opción para salir de ellos.
Sigue estos prácticos consejos, respira, conserva la calma, evalúa tu comportamiento, sonríe, descansa, has ejercicio, realiza tus actividades preferidas para que ese temible estrés, se convierta en tu mayor fortaleza y tu mejor virtud. Recuerda que un ‘poquito’ de estrés también te ayudará a mantenerte atento y con la mirada firme ante cualquier obstáculo que de seguro, serás capaz de derrumbar con tu capacidad de serenidad y paz interior.
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